Cuando hablamos de educar en ciudadanía seguro la relacionamos con FEC – Formación Ética y Ciudadana, como si fuera que los contenidos de una única materia podrían hacerlo.
Lo que hoy conocemos como FEC tuvo numerosas modificaciones de acuerdo al momento socio histórico político por el que atravesaba nuestro país, por ejemplo, se inició como Formación Moral y Cívica, luego se la denominaba ‘Cultura Ciudadana’, materia a la que identificaban con el peronismo, la que fue reemplazada por “Educación Democrática”, ésta fue a su vez creada y dictada en 1955 a partir de lo que se denominó la Revolución Libertadora, en ella encontrábamos un fuerte componente de la moral cristiana; ésta a su vez pasó a llamarse por el decreto 384 del año 73 “Estudios de la Realidad Social Argentina”, más conocida como ERSA. Pero no sólo era el nombre el que cambiaba sino los contenidos puesto que la política educativa acompañaba a la política del momento. Así podemos observar como en marzo de 1974, el Estado definió los contenidos de la ERSA, aquí ya se demarcaba la idea de un enemigo interno, que no era otro que la subversión marxista, era desde ahí, que se buscaba que la educación inculque la idea de consolidación de una conciencia nacional determinada. En este momento de crisis era la burguesía la que ejercía el poder. Instrucción Cívica fue otro de los nombres con la que la conocimos, los que tenemos algunos añitos encima.
Como podemos notar educar en ciudadanía fue y es uno de los propósitos más famosos de la educación y en los últimos tiempos, la percibimos más asociada a la construcción de una cultura centrada en la democracia y el fortalecimiento de las instituciones republicanas. Ya que si podríamos definir uno de los objetivos centrales de la escuela seguramente diríamos que es el espacio público donde se construye lo público, dado que es en los establecimientos educativos donde convergen diversos actores sociales, comunidades, culturas y tradiciones, que irán poco a poco construyendo este espacio.
Es en la escuela donde al democratizarse se crea un espacio en el que, por ejemplo, los alumnos puedan tener su propio centro de estudiantes con plena participación en ellos.
O donde la comunidad educativa pueda mediante una verdadera participación ciudadana, co – construir una política educativa. En la que, como hoy los evacuados de las inundaciones de nuestro norte, participan activamente junto al resto de la comunidad, en el pedido desahuciado de No a la tala indiscriminada.
Eso, sería comprender que la construcción de ciudadanía no es una materia, sino un enfoque transversal con alusión a cuestiones de la agenda pública como educación ambiental, salud, consumo y sexualidad entre otros.
Licenciada Roxana Celeste Dib
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