……..Mi diario: Ayer mis papás se pelearon, generalmente lo hacen, se levantan la voz, se dicen palabras groseras y hasta se desean cosas que me duelen mucho cuando las dicen, se desean la muerte. Siempre a mi hermanita y a mi nos mandan a dormir, pero quien puede dormir así. Ayer, fue tan feo todo, mi mamá pedía por favor que no le pegue más, y yo que no podía hacer nada, porque tenía que cuidar a mi hermanita y tratar que mi papá no se dé cuenta que estábamos despiertos. Ellos creen que nosotros no nos damos cuenta de nada porque mi mamá al otro día siempre nos dice que se cayó porque estaba mareada, todos sabemos la verdad pero no podemos decirlo. Encima hoy mi señorita me puso un llamado de atención porque estaba distraído, casi dormido; como explicarle que las cuentas no me importan ni siquiera esa consigna que no llegué a comprender; porque hoy cuando suene otra vez la campana deberemos volver a casa con mi hermana a repetir la misma historia de siempre otra vez.
Como en muchos otros casos será en la escuela donde nos daremos cuenta que algo está sucediendo, porque es allí donde las disfunciones familiares se denotan y generalmente se manifiestan como dificultades en el aprendizaje, lo importante es que sepamos percibirla y darnos cuenta de qué nos está hablando ese problema de aprendizaje, para así poder realizar las derivaciones oportunamente y a tiempo.
Y es que esta exposición de los niños a la violencia trae consecuencias como por ejemplo: alteraciones en el sueño, trastornos alimentarios, baja autoestima, retraso en el lenguaje, conductas agresivas, ausentismo, fracaso escolar y en algunos casos híper intelectualización. Podremos observar que a estos niños se les dificulta la interacción social, tan necesaria para los aprendizajes, se sienten inhibidos frente al otro por lo que la relación con sus pares es casi nula, y cuando en alguna oportunidad presentan problemas en una relación que pudieron lograr, podremos observar que no poseen habilidades para la resolución de problemas. Esto seguramente se trasladará a los aprendizajes donde los problemas de matemáticas por ejemplo se transforman en verdaderos problemas casi imposible de darles solución, ya que a lo que ellos viven a diario en el hogar no le pueden dar una (solución). La atención será algo que no estará casi presente en el aula, y no precisamente porque tengan un Trastorno de Déficit Atencional. La dificultad de poder entender y construir su propia historia se trasladará por ejemplo al área de ciencias sociales. En algunos casos los chicos se vuelcan al estudio y la investigación de manera casi obsesiva y excesiva, porque de alguna manera el hecho de estar ocupados les permite no recordar y no pensar en la realidad que los abruma tanto. Finalmente la negación de la realidad que a diario le toca vivir, de la que nadie puede saber nada, ni siquiera él mismo, provocará que no pueda saber (entiéndase aprender) aquello que se sabe o es pasible de saberse (aprenderse), porque debe ser ignorado; ya que el mandato familiar fue precisamente ese.
Desde lo institucional, en las escuelas hay cosas que podemos hacer como medidas preventivas de violencia, algunas de ellas son:
- Eliminar las desigualdades situando en un mismo nivel de importancia los valores masculinos y femeninos.
- Eliminar todo tipo de discriminación tanto en la organización escolar, como curricular y en la utilización de recursos.
- Diseñar actividades donde se plantee la perspectiva de género, materializando el papel de la mujer a lo largo de la historia.
- Utilizar un lenguaje no sexista.
- Establecer como proyecto transversal La Educación para la Paz.
- Enseñar a defender los Derechos Fundamentales.
- Educar en Valores.
De esta manera estaremos haciendo un aporte real a una problemática que a la sociedad la aqueja y sobre todo trabajando en prevención, una palabra que está en muchos discursos y nosotros la podremos transformar en Prevención en acción.
Lic. Roxana Celeste Dib
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