Cuantas palabras vacías se largan al viento, porque suenan bonitas, aún cuando quien las dice no comprende en lo más mínimo lo que parafrasea y ni siquiera leyó o comprendió al autor de las mismas.
A los chicos se les enseña que no deben repetir lo que no comprenden, que es muy importante el contenido que se transmite, sin embargo los adultos olvidamos esto. Y es que quizá nos dejamos invadir por las tecnologías, olvidando la importancia de una buena lectura, y así nuestros conocimientos y pensamientos terminan aplanados como la pantalla donde lo visualizamos todo. Y terminamos siendo grandes y continuos repetidores de cosas inciertas con las que decimos estar de acuerdo, sin haber leído demasiado.
Lo grave es cuando profesionales se expresan de esta manera enviando mensajes ambiguos e incomprensibles a la sociedad por no estudiar o planificar los discursos antes de soltarlos al aire, manifestando una absurda obsecuencia a aquello que se dijo al pasar sin notar ni tener presente el valor y el peso de la palabra en la sociedad.
A vos que estás leyendo esto, se te ocurrió pensar lo que copias y pegas o lo que decís porque otros lo pronunciaron antes; no te parece este un buen momento para hacerlo?
Lic. Roxana Celeste Dib
No solo se trata de tener conocimientos de experto para abordar determinas problemáticas que afectan a la sociedad en su conjuntos,sino también una lógica y un criterio para para hacer un análisis coherente,y no olvidemos que los medios de comunicación también deben sustentarse de conocimientos básicos para evitar incoherencias sin dejar al descubierto las carencias teóricas de los profesionales ,y cumplir con su función como comunicadores.
EXCELENTE EL ARTICULO