“El principal cómplice es el silencio”, el libro escrito por los hermanos wichis Enrique y Cebino Simplicio.

Dos jóvenes  wichis hacen oír la voz de su pueblo
“El principal cómplice es el silencio” es el libro escrito por Enrique y Cebino Simplicio, integrantes de la comunidad aborigen de Salta. En éste reflejan la historia y los padeceres de los pueblos originarios
Huinca Renancó.- Dos jóvenes de la comunidad wichi recorrieron más de mil kilómetros desde Tartagal, Salta, para presentar en Huinca Renancó su libro «El principal cómplice es el silencio», primer trabajo bibliográfico de su pueblo que supone un espacio de reflexión sobre una realidad incómoda, al decir de sus autores, y que tiene que ver con una historia de marginación y lucha.

«Los libros abren puertas», dicen Enrique y Cebino Simplicio, quienes se animaron a volcar en letras el sentimiento de su pueblo.

La jornada de presentación, a cargo de la Secretaría Municipal de Cultura, tuvo su apertura el viernes por la mañana en el Museo Histórico ubicado en la ex Estación de Trenes con la visita de alumnos de los diferentes centros educativos.

Los jóvenes llegan con la parsimonia que caracteriza a los de su comunidad y lo que primero les llama la atención son las boleadoras, puntas de flechas y restos de herramientas aborígenes de la zona que están expuestas en el Museo. “Donde vivimos nosotros no queda nada de esto. Nuestros antepasados los usaban también pero ya no queda nada», explica Enrique, haciendo clara alusión al desprecio que aún deben padecer por la cultura que representan.

Los hermanos son residentes en la comunidad Kilómetro 4, al este de Tartagal.
La tarea de escribir un libro no les fue para nada fácil. La vida no les es fácil: «Estuvimos en Córdoba Capital presentando este libro y ahora estamos aquí en Huinca Renancó ya con el libro terminado», comenta Enrique. Al tiempo que su hermano acota: “A mí la pasión por escribir me nace a los 12 años por saber la historia de los pueblos originarios. Con el libro voy a lo poco que hace la política, cómo fueron tratando a las comunidades desde 1800 hasta la actualidad todos los gobiernos», dice Cebino.

El libro es un recuento de leyes donde se reconoce la preexistencia de los pueblos originarios, tiene dibujos realizados por ellos mismos, referentes a la cultura aborigen.
Sin embargo, hay una página que en principio quiso ser vedada de la edición y que se trata de la Campaña al Desierto: «Nos decían (los editores) que nos imprimían el libro pero sacando esa parte de la historia, y también sobre el tema de desalojos, porque en Salta hay una ley de emergencia que se termina en el 2013. Entonces no se entiende, somos originarios pero tenemos una ley que nos permite estar en nuestra tierras hasta el 2013; nos preguntamos entonces qué va a pasar con nosotros», señalan los jóvenes wichis.

Como otros pueblos originarios, los wichis siguen llevando sobre sus espaldas el peso de la exclusión y marginación por ser indios y pobres: «Si nosotros dejábamos que no nos imprimieran estas páginas, también íbamos a ser los cómplices del silencio, al no aceptar eso muchos nos cerraron las puertas», reflexionan.
Pero ninguna presión quebrantó la voluntad de estos jóvenes que durante tres años lucharon para contar la historia de su pueblo en este libro. Aseguran que sufrieron discriminación y desprecio, pero hoy, al ver el resultado y que su obra recorre el país concientizando sobre las comunidades aborígenes, el dolor se aplaca. “Duele pero uno lo supera. Nos dicen que estamos haciendo historia. La presentación la hacemos en lengua materna porque estamos orgullosos de esto», dice el joven de sólo 25 años que va a empezar a estudiar Letras en la UNSa y aspira a llegar a ser docente.

«No hay justicia para nada»

Los jóvenes wichis dicen que los desalojos y desmontes ya no «son noticia, pero gracias a Dios cuando hay un problema de éstos nos juntamos entre cuatro o cinco comunidades y luchamos por nuestra independencia”.

Admiten que aún así los desalojos y desmontes continúan y ponen en riesgo a las comunidades originarias.

“Todo esto por la soja. Los que son dueños ahora son los gobiernos y los extranjeros que compran la tierra y después si te desalojan o te sacan de ese lugar no hay justicia para nada. Desde 1800 que estamos siendo manipulados», dice Cebino.

Durante la presentación del libro en Huinca Renancó los jóvenes dieron un mensaje claro y concreto que llegó a cada uno de los interlocutores. Primero haciendo uso de su lengua materna, para ratificar su compromiso con sus raíces, y luego las traducciones.

Entonces los chicos empezaron a preguntar qué significa cada palabra y uno de ellos preguntó “¿Cómo se dice la palabra ‘silencio’ en el idioma wichi?”; la sonrisa de los hermanos lo dijo todo. Ellos quisieron romper el silencio, y al fin lo lograron.

Fuente: Ignacio Castro

 

Comments are closed.