VERDADES QUE NO SE QUIEREN ACEPTAR

Todavía releo la carta de un docente del norte provincial cuando decido analizar la situación que atraviesa nuestra provincia. Hoy nos encontramos expuestos a una realidad muy preocupante a nivel social. Una carta abierta, redactada por parte de un integrante de la comunidad docente en el interior, cuestiona la voluntad política y el compromiso con la salud pública denotando la ausencia de políticas fehacientes que logren combatir las enfermedades del aedes, la carta indica ni más ni menos la realidad del interior y lo que eso despierta, el temor del avance de la enfermedad hacia la sociedad en su totalidad. Cuando se exigen garantías y seguridad, no resignamos ni la salud de nuestros niños ni la de nuestros docentes. Cuando queremos encontrar responsables políticos no los encontramos, vemos como se reacciona desde las distintas secretarias de Salud cuando empiezan a intensificar su accionar en el norte de la provincia, también como se movilizan las campañas de descacharrado pero no encontramos responsables políticos. Tampoco es momento de buscar culpables, no podemos empezar a pelearnos con los funcionarios, no mientras no dejamos de ver como la epidemia avanza en cantidad de afectados y muertes. En lo que si voy a coincidir es en la idea de que cuando se asume el compromiso con el civismo y la alfabetización al frente de las instituciones educativas confiamos en que el Estado y sus representantes harán lo propio con las problemáticas que surjan en las distintas áreas que le competen. El debate de la inseguridad pasa hoy por la salud pública. 1.130 casos confirmados y 5 muertes oficialmente confirmadas, son más que suficientes para afirmar que las garantías no están dadas pero ya no sólo para la comunidad educativa sino para la sociedad en general. El compromiso docente debe pasar por convertirnos nosotros también agentes de sensibilización, ser capaces de colaborar con la campaña para generar conciencia sobre la importancia del descacharrado, la limpieza de los terrenos y todo aquello que pueda devenir en criadero del mosquito transmisor. Hoy el compromiso pasa por colaborar generando conciencia colectiva, para que, una vez sosegado el tormento de la epidemia, si podamos encargarnos de los indolentes e insensibles responsables políticos.